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COMUNICACIÓN Y CULTURAS EN TERRITORIO

Foto del escritor: Nicolás DousdebèsNicolás Dousdebès

Actualizado: 28 abr 2020


La mesa de debate "Comunicación y Culturas en Territorio", realizada en la UPS - Quito en el marco de las Primeras Jornadas de la Comunicación - JORCOM, el 18/06/2019

 

La mesa de debate "Comunicación y Culturas en Territorio" giró en torno a la necesidad de impulsar formas de comunicación no discriminatorias e inclusivas desde el punto de vista de las diferentes culturas, nacionalidades y manifestaciones artísticas.

 

La Carrera de Comunicación de la UPS - Quito está celebrando las primeras Jornadas de Comunicación - JORCOM (junio 2019) y en este marco ha organizado una serie de mesas de diálogo con variadas temáticas. Una de ellas fue la de Comunicación y Culturas en Territorio (18/06/2019), la misma que ha puesto sobre el debate una serie de conflictos y vivencias sobre las diferencias, el tratamiento noticioso, la discriminación, el arte y la reivindicación cultural. La mesa de debate estuvo moderada por la docente Vanessa Vanegas quien resumió acertadamente cada una de las intervenciones para luego dar paso a las intervenciones del público.


Para este debate se presentaron como ponentes, Palmira Chavero, coordinadora del departamento de Estudios Internacionales y Comunicación de la FLACSO, Ariruma Kowii, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Andina Simón Bolívar y el artista urbano Juan Sebastián Aguirre, Apitatán. Cada uno con una mirada diferente sobre estas temáticas pero al mismo tiempo, con muchos puntos de convergencia entre ellos.


Palmira Chavero. catedrática de la FLACSO abordó el tema de la discriminación en el lenguaje mediático

Palmira Chavero inició el debate con su exposición acerca de los procesos de comunicación mediática y la discriminación. En primer lugar señaló que a pesar de que tanto la Constitución de la República como la Ley Orgánica de Comunicación, y los instrumentos legales internacionales, establecen sendas prohibiciones en contra de cualquier práctica discriminatoria, especialmente acerca de grupos vulnerables o de atención prioritaria, ésta sigue vigente en la sociedad y en los medios. La investigadora se preguntó por qué razón siguen produciéndose estas vulneraciones de derechos. Una de las claves para entender esta realidad es que para los grandes medios hay una invisibilización de la gente pobre o de quienes no incurren en situaciones de escándalo o delito. Por otra parte, éstos prestan atención casi exclusiva a personalidades de élite mientras que opacan al resto. En otras palabras, sólo eligen una parcela de la realidad para iluminarla y mostrarla.


Es muy común hallar en los titulares artículos con tintes amarillistas, sensacionalistas, con estereotipos y victimización que generan una suerte de negativismo informativo. En este sentido, muchos medios han olvidado su función social pues están al servicio de grandes intereses. Incluso se podría afirmar que la gente no confía en los medios pues éstos se han apoderado de la opinión pública obligando a que la gente piense lo que ellos quieren que piensen y de qué manera hacerlo.


Como ejemplos señaló algunos titulares que aparecieron en la prensa ecuatoriana a inicios del año 2019, a propósito de un femicidio que sucedió en la ciudad de Ibarra. Un periódico señalaba: "Turba enardecida desaloja a venezolanos en Ibarra". Por una parte, escoger los términos "turba enardecida" ya denota violencia en el lenguaje; a ello habría que añadir que en cierta forma se niega la condición de ciudadanos a estas personas al simplemente calificarles como "venezolanos". En otro medio, al aumento del número de migrantes de esa nacionalidad se la califica como una "avalancha", lo cual se refiere a una especie de fenómeno incontrolable que justificaría el uso de cualquier recurso para detenerlo. En el fondo se encuentra que en muchas notas periodísticas está presente la dicotomía bueno/malo, o dicho de otro modo, local/extranjero lo cual es una manera de estigmatizar y, por lo tanto, discriminar a personas migrantes.


Frente a esta realidad, es muy importante el papel que pueden desempeñar los medios comunitarios en el sentido de generar discursos contra hegemónicos, que no discriminen a nadie. En estos espacios no puede existir "neutralidad" pues están pensados precisamente para defender a las personas y a las comunidades.


Ariruma Kowii denuncia la hegemonía cultural bajo la cual los derechos de los pueblos indígenas han sido vulnerados

Por su parte, Ariruma Kowii, doctor en Ciencias Políticas por la UASB, se refirió en su intervención a la violencia cultural, especialmente presente en el país en la colonia y primeros años de la república. A modo de ejemplo cita que se ocultó y negó el derecho de utilizar la lengua originaria del pueblo kichwa y otros asentados en nuestro territorio. Por otra parte, las autoridades españolas y criollas hablaban de "extirpar" las "idolatrías", es decir, arrancar de cuajo las costumbres, creencias y prácticas de los indígenas.


Inclusive en la actualidad, esta violencia persiste, por ejemplo, toda la información que se difunde en el país está únicamente en castellano, ignorando las otras dos lenguas, el kichwa y el shuar, las cuales también figuran como "oficiales" en la constitución de 2008. De esta manera se siguen violentando los derechos de los pueblos originarios.


Kowii argumenta que la afirmación de que "todos somos iguales" puede ser interpretada de manera discriminatoria al implicar una imposición cultural hegemónica que niega la diversidad de los pueblos, culturas, tradiciones, etc. Señala también que en la actualidad hay una invasión tecnológica que ha invadido nuestra cotidianidad. A pesar de reconocer sus ventajas, indica que con frecuencia nos esclaviza hasta el punto de impedirnos el uso y disfrute de otras formas comunicativas como las que se dan en el mundo andino. Por ejemplo, los quipus, un medio creativo y ancestral que tenía como objetivo registrar datos estadísticos y mantener viva la historia de los pueblos.


Adicionalmente, la prevalencia de la tecnología ha minado otras formas ancestrales de comunicación. Al interior de las familias indígenas existía la costumbre de que cada uno de sus miembros ayudaba a los demás a elaborar la trenza con sus cabellos lo cual propiciaba un momento de conversación sobre los asuntos y problemas de la vida cotidiana de la familia y la comunidad. Otros rituales propios del mundo andino eran los encuentros que se organizaban entre los padrinos y sus respectivos ahijados, ya sea de Bautizo o de Matrimonio. Ésta era una forma de ayudar a los jóvenes y a las parejas para que puedan superar sus problemas. Por último, en las asambleas comunitarias, los pueblos originarios analizan sus asuntos y buscan soluciones consensuadas a sus conflictos. Hay que destacar que para ello, el pensamiento no es de carácter abstracto sino pragmático y tiene la finalidad de solucionar problemas.


En cuanto a la naturaleza, la cosmovisión andina la ve como un ser vivo con el que las personas deben estar en contacto, en comunicación. No es como el pensamiento occidental en el cual ella es vista como un simple objeto y por lo tanto, está sujeta a cualquier tipo de explotación que genere lucro.


También en el mundo académico es necesaria una purificación de ideologías que directa o indirectamente promuevan el racismo o "autoracismo" que es como un desprecio a lo que uno mismo es o representa. Es necesario un ejercicio crítico para liberarse de este tipo de prejuicios que aún están presentes en la sociedad ecuatoriana. Para ello, la celebración del Inti Raymi, por ejemplo el que se realizará por parte de las universidades en Quito (21 junio 2019), es una oportunidad de vivir esta purificación del pensamiento y el corazón; además, esta fiesta comporta la recuperación del sentido de la "minga" o trabajo con espíritu comunitario, lo cual desafía también al individualismo occidental.


Apitatán, artista urbano que cuestiona a la sociedad desde el arte urbano, pictórico y lingüístico.

Finalmente, el artista urbano Apitatán (Juan Sebastián Aguirre) intervino en el debate desde su mirada de "publicista por error y artista por convicción". Su aporte se entiende desde su obra pictórica, la cual busca mantener la memoria de los pueblos y su idiosincrasia a través de los murales urbanos que ha venido realizando en varias ciudades de Ecuador y del mundo. Su visión estimula a que la gente sea capaz de "reírse de sí misma" sin formalidad. Por ello mismo, el arte en las paredes es libre, no se necesita pagar por verlo ni está manejado por procesos o formatos de tipo institucional.


El autor se ve reflejado tanto en la cultura indígena americana como en su herencia hispana, es decir, en el mestizaje. Sin embargo, no habla del pasado en clave nostálgica sino como un reto para hallar qué somos capaces de hacer hoy a fin de recuperar nuestra herencia cultural.


Apitatán se describe como creador de historias en búsqueda de identidades, de las propias raíces. A partir de allí se redescubre el orgullo de "ser longo, cholo, indio, mestizo". En este sentido, recuperar la forma de hablar propia de "aquí" es válido pues ayuda a recuperar la identidad que se ha ido perdiendo en el ámbito globalizador en el que vivimos.


Sus murales transforman los espacios, los vuelven menos aburridos y generan interacción con el público. Precisamente, uno de los elementos más importantes de su actividad artística es que no comienza ninguna obra pictórica pública sin antes conversar con los habitantes de los barrios y comunidades; de esta manera refleja sus puntos de vista en los murales que luego van a quedar en dichos lugares.


A continuación, el artista describe algunos de estos cuestionamientos según las fotografías de algunos de los murales que ha pintado en Ecuador y fuera de él. Por ejemplo, en Chimbacalle, al sur de Quito, una de sus pinturas muestra la identidad andina en la forma de una mujer indígena que sostiene en sus manos los elementos propios de la cosmogonía ancestral, la tierra y el fuego. En la ciudad de Zamora, otro de sus murales se titula "Gestación de un guerrero", busca inspirar el respeto por nuestras raíces mediante la representación de un niño en el vientre de su madre, una realidad a menudo menospreciada.


El mural "La Gestación de un Guerrero" busca inspirar el respeto por la vida y nuestras raíces. Se encuentra en la ciudad de Zamora (Ecuador)

Otra línea de comunicación que Apitatán ha trabajado a través de su obra pictórica es la unidad de los pueblos de América Latina. En ella no debería haber líneas divisorias que siempre van a generar discriminaciones. En ese sentido, el artista coincide con los demás expositores. Esta visión amplia, que abarca lo local pero abraza también lo "extranjero" le ha llevado a pintar en otros países. En Colombia, por ejemplo, realizó un mural en la ciudad de Manizales sobre el uso armónico de la naturaleza. Está ubicado en un barrio considerado como "peligroso", lo cual contrasta con su título: "Un Poco de Esperanza"(2015) . En la misma línea, en México realizó una obra para mostrar cómo habrían evolucionado las culturas originarias de América si no se hubiera producido la colonización europea.


La defensa de la naturaleza es otra de sus obras recurrentes. Así, su obra "Guardianes del Yasuní" (Ecuador, 2016) y la "Liberación del Quetzal" (Mérida - México, 2016) son muestras de ello. Estas obras reflejan la visión de que el ser humano es un ser igual frente a los animales.


Otras de sus obras importantes son "Corazón Iluminado" e "Intuición" en Estados Unidos, (Miami, 2015), "La Leyenda de El Dorado" (en las afueras de Bogotá, Colombia, 2017) y un mural en Asunción del Paraguay (2016) en el que se representa a un indígena guaraní que sostiene en sus manos un libro cuyo título está al revés. Es una forma de crítica a la sociedad que únicamente valora lo que está de acuerdo a la epistemología occidental. Así, el hombre de la jungla puede no saber leer o escribir pero posee un conocimiento inmenso de los animales, las plantas y su entorno natural. El colectivo de imágenes que este artista está creando tiene como finalidad mostrar la sabiduría ancestral, como la de las nacionalidades indígenas que encierran una gran riqueza cultural, no sólo física o natural.


Las obras de Apitatán cuestionan la epistemología tradicional y valora propuestas culturales alternativas. Mural en Asunción del Paraguay (2016)

En pleno centro financiero de Guayaquil, Apitatán pintó un mural llamado "El Robo Eterno" (2019) en el cual muestra a un ladrón de cuello blanco que roba a otro con apariencia de delincuente común. Su idea aquí fue la de mostrar la paradoja en relación a este tema pues la sociedad criminaliza al ladrón de a pie mientras que el político o ejecutivo que roba también no es juzgado de la misma manera.


Las obras de Apitatán plantean preguntas al público que las contempla. Se cuestiona y nos cuestiona, sobre si vale la pena pasar la mayor parte de nuestro tiempo en el metro o bus para ir a trabajar, volver para dormir apenas unas pocas horas y luego comenzar el ciclo de nuevo, ¿Acaso no hay nada más aparte de eso? ¿No nos dice nada que haya niños que duermen en las aceras de las grandes ciudades? ¿no apela esto a nuestra indiferencia?


Texto: Nicolás Dousdebès






























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