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MAMÁ, QUIERO SER DOCENTE

MAMÁ, QUIERO SER DOCENTE
Hijo, de político te irá mejor


Por: Patricio Iván Rosas Flórez


Me indignaría que una ex decana de las Facultades de Jurisprudencia y Ciencias Sociales y Comunicación de la Universidad Internacional del Ecuador (2013-2017) y catedrática en varias universidades en las distintas unidades de pre y posgrado, (Universidad Central, De las Américas y Universidad Andina del Ecuador), suelta de boca, de ser cierto demore en presionar a su presidente para resolver el tema de los docentes. En este aporte, para que se anime la señora Ministra, le presento 25 rupturas para pensar sobre el rol del docente en la sociedad.


1. Un profesor, señora ministra fue quien le enseñó a leer y a escribir. ¿Acaso usted sabe lo difícil que significa estructurar toda la lógica para que usted pueda entender el mundo? sin ese maestro, sinceramente no estaría en el puesto que está y tampoco hubiese viajado en el helicóptero de la policía a Casa Blanca con su Señor marido. Le invito a no matricular a sus hijos en la escuela y siga el dictamen del presidente Lenin de emprendimiento al mero estilo de los monitos. ¿Se atrevería a no educar a sus hijos? No ¿verdad?


2. Espero sinceramente que cuando termine su gestión, pues para presidente no va, no pierda el tiempo tratando de volver a tener un puesto en la academia, la misma a la que usted ahora no apoya.


Otra cosita, los docentes seguramente pasaron muchas horas preparando clases para que al día siguiente usted aprenda su profesión; Pues, sí. Los docentes preparamos las clases, y muchas veces lo hacemos de madrugada, pues uno llega a la casa también cansado de lidiar con más de 25.

3. Recuerde que los profesores sufren también. Se ha puesto a pensar cuanto tiempo perdemos en entablar el orden en las clases. Tal vez su respuesta era un grito: ¡por favor señores policías y militares! esos maestros están locos. Recuerde que la docencia muchas veces le ha dado de comer.


4. Los docentes no sólo se paran frente al pizarrón y alardean saberes; muchos somos conscientes de que en nuestras manos están los futuros profesionales, como ustedes, quienes se olvidan pronto de nuestra labor.


Muchos profesionales cuando apenas obtienen el cartón bajo el brazo, nos olvidan en efecto. Los docentes luego de clases, también calificamos, y tenemos cargas administrativas, evaluamos y luchamos por capacitarnos o aprender más sobre como investigar ¿o usted como decana no exigió aquello?


5. La mayoría de los docentes no salen de vacaciones como usted, a Casa Blanca, ni de chiste. Muchos de nosotros tenemos menos días de asueto que los mismos estudiantes; debemos preparar el semestre y año siguiente, así como asistir a las capacitaciones impuestas por decanas como usted, ¿lo recuerda?


6. Fíjese Ministra: ser docente, es una opción de vida y no como un trabajito para tener más plata de relleno. Nuestra actividad no es una actividad alternativa. Es una profesión que requiere amor, paciencia, deseos de soñar con estudiantes quienes aprendieron de nuestras manos, como moldeadores de vidas.


7. Muchos de nosotros llevamos a menudo trabajo a casa, calificar es una tarea dura y requiere tiempo y paciencia pues no se enseña con decretos. Los fines de semana se convierten en un trabajo duro, una mesa llena de papeles, unos hijos y esposo o esposa tristes por no compartir una salidita al patio o aun cuando sea al parque La Carolina para comer Bon Ice.


8. Aunque usted ministra no lo crea; la docencia no se parece en lo absoluto a las ficciones que usted ve en las películas. Muchas de ellas, crean el imaginario de aparentar una vida de lujos y comodidad.


Muy alejado de la verdad. Lujos son los viajecitos hechos por usted en el helicóptero. Y muy triste ver en la televisión cómo su marido se justifica aduciendo que es pobre. Ministra, ¿Cuánto cuesta una noche en Casa Blanca?, sinceramente usted cree que el docente es estúpido. Cuando muchos no puede ni siquiera salir de la ciudad o peor del barrio e inventarse salidas y caminatas para no sonreírle a los hijos con tristeza.


9. A muchos de los docentes no se les paga a tiempo, a usted sí.


10. Los docentes han logrado emocionar a muchos, estudiantes; gracias a la emoción que inspiran los docentes tenemos seres hermosos en la humanidad, un Gabriel García Márquez, quien regaló un costumbrismo fantástico al mundo; un científico como Hawking quien nos hizo creer en la inmensidad del universo; un tal Gandhi, amante de la verdad y no de su justicia ciega. Gracias a los maestros, el mundo sigue su rumbo.


Los títulos que otorga una universidad son solamente un requisito a cumplir; nuestra tarea también ha sido formar mejores seres humanos. Los docentes son quienes con sus enseñanzas sobre los valores de la vida y de los progresos de las ciencias construyen al joven. Usted puede saber todo el derecho (que los docentes le enseñaron) pero si usted no percibió en los discursos los valores que hay detrás de cada materia; la culpa es suya.


11. Muchos docentes motivamos con bonitas frases a nuestros alumnos. Con ellas no los denigramos sino todo lo contrario, los motivamos a ser mejores. Nuestras frases son:


- Te está costando, pero cada día comprendes mejor.

- Mira lo lejos que has llegado.

- No opino lo mismo que tú, pero te agradezco por darme tu punto de vista.

- Me gusta que me preguntes cosas.

- No te compares como nadie, no hay nadie como tú.

- Sé que puedo confiar en ti.



12. Sabe usted ministra: los docentes, cada día más se sienten solos en la noble tarea de educar. A cuestas llevan una formación difícil, pues la misma sociedad les delegó toda la carga y responsabilidad del proceso de aprendizaje, cuidado y protección. En las aulas se pretende ya no hablar con y sobre la verdad. Vivimos en una sociedad líquida. ¿Y adivine quienes también son culpables? Sí, políticos como usted.


13. Tal es el maltrato por las autoridades de educación al trabajo del docente que incluso ha afectado su propia moral. Me refiero a la prisión en la que se encuentra el docente agobiado por lo económico. Un docente preocupado más por comer que por educar, provoca a la larga los estragos que vemos a diario. Ojalá ustedes los políticos cayesen en cuenta de su error al negar el derecho de los docentes para mantener vivas las etapas de formación de nuestros estudiantes. Al mundo le falta humanidad.


14. Sabe usted, los docentes trabajan mucho, tanto o quizás más que un burócrata como usted, Ministra. El peor error radica en la manera en la que nos etiquetan. El hambre y las penurias, producto de un mal sueldo inciden, guste o no. Las etiquetas ponen con sus discursos visiones erróneas de nuestro trabajo y disminuyen nuestras fuerzas.


Más tarde que temprano, usted se irá del puesto. Y si le soy honesto, no pasará nada en el país, con su partida, de seguro no incidió en nadie. Sin embargo, habrá docentes quienes a pesar de su situación, no abandonan el barco.


Cerrarán como siempre la puerta de su aula, dejarán sus luchas afuera y construirán como siempre hombres y mujeres libres. Y pasarán a la historia, esos anónimos como seres de luz en un mundo de ciegos.


15. Ministra, lo que el mundo necesita con urgencia son docentes con un correcto bienestar laboral, que tengan un pago justo, que puedan tener atención médica y psicológica, materiales de trabajo, y procesos para que se capaciten siempre.


Pocos de ustedes, los burócratas, creen que un docente cuando es feliz siempre transforma la sociedad. Sus reclamos de autoridad interpretan los desafíos que los docentes exigen a sus representantes, como obstáculos para sus aspiraciones electorales; en su caso, posiblemente la de convertirse en la primera presidenta de la república del Ecuador.


16. Si hablamos de contratos laborales, muchas las veces, un 13% del trabajo del docente está fuera de su contrato. Siempre hay algo que agregar a la labor del educador. En muchos casos también los ascensos demoran años y no como usted, breves, gracias a sus relaciones políticas.


17. Pocos se dan cuenta del nivel del estrés que la mayoría de docentes padece. Se rigen a diario por reglamentos y posturas como exigencias de cumplimiento externo en relación al trabajo de educar lo que produce un agotamiento físico y mental.


18. A menudo queremos exigir más a los estudiantes, es nuestra obligación hacerlo. Sin embargo, se hace cuesta arriba, cuando las autoridades de los gobiernos educativos crean leyes y reglamentos que evitan la rigidez o merman la exigencia de los docentes hacia sus alumnos.


Las políticas creadas en la última década de gobierno, del que usted formó parte, fueron cómplices de generar una educación hoy mediocre, carente de rigor, con una desidia por el estudio y el aprendizaje lo cual ha provocado e incentivado a los estudiantes a exigir a los docentes que los promuevan de nivel sin estudiar.


19. No todos los docentes pertenecemos a gremios, peor aún les interesa la política, o convertirse en representante o pertenecer a los sindicatos. A muchos les interesa más el tema científico, social y de desarrollo.


20. La burocracia también se ha tomado la docencia. En eso se parece mucho a su cargo. Queremos más tiempo para estudiar, amar y vivir la docencia; tan simple como eso. Cada día nos exigen más trámites, vivimos en reuniones; muchas de ellas no sirven para nada y en absoluto mejoran el aprendizaje.


21. Para nosotros el aula se convierte en un ámbito idóneo para promover la experimentación y un lugar para contestar muchísimas preguntas pues queremos un aula para aprender y no para memorizar.


22. Los docentes, muchos aman lo que hacen. Créalo usted o no, para ser docente le tiene que nacer y venir de adentro. Somos docentes cuando nos preocupamos por aquel chico quien anda solo en el patio, sin amigos; o al que se duerme en clase a menudo; aquel que no quiere reírse y llora mucho. Siempre queremos que los recuerdos sean sinceros y sin odios. Nosotros no estamos en puestos políticos como el suyo que pronto acabará.


23. A pesar de sentir a flor de piel el síndrome de burnout (quemarse por el exceso de trabajo), de percibir esas alarmas constantes de cansancio físico e incluso de afectaciones o quebrantos de salud, a pesar de tanto desdén, siempre está la maleta lista para una jornada más, sin helicópteros, claro está.


24. Lo cierto es señora Ministra, Los docentes estamos claros sobre nuestra misión de formar. Pues como dice Rudolf Steiner, “Solo puede transmitirse al niño aquello, que el educador ya conquistó para sí mismo”. Y por mi parte creo que desde un ministerio esa dicha no es posible, por los intereses políticos que lo rigen.


25. A los docentes les incentiva compartir con los jóvenes, niños y niñas. Su misión no radica en la dirigencia o la política. Basta llevar con honor el título de MAESTRO.

Recuerde una vez más señora Ministra, los cargos pasan, la educación no. Sólo un docente comprende el significado de la palabra educador. Estas 25 rupturas buscan su reflexión y que de alguna manera le provoque acercarse más a los docentes, y exigir a su presidente las justas premuras para solucionar el tema educativo en nuestro país. Sin maestros no hay una sociedad educada y sin ello no hay progreso.


 

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